viernes, 31 de julio de 2020

«La eternidad», de Luis García Montero



Luis García Montero

(España, Andalucía, 1958)

 La eternidad

 




 

Nunca he tenido dioses

y tampoco sentí la despiadada

voluntad de los héroes.

Durante mucho tiempo estuvo libre

la silla de mi juez

y no esperé juicio

en el que rendir cuentas de mis días.

 

Decidido a vivir, busqué la sombra

capaz de recogerme en los veranos

y la hoguera dispuesta

a llevarse el invierno por delante.

Pasé noches de guardia y de silencio,

no tuve prisa,

dejé cruzar la rueda de los años.

Estaba convencido

de que existir no tiene trascendencia,

porque la luz es siempre fugitiva

sobre la oscuridad,

un resplandor en medio del vacío.

 

Y de pronto en el bosque se encendieron los árboles

de las miradas insistentes,

el mar tuvo labios de arena

igual que las palabras dichas en un rincón,

el viento abrió sus manos

y los hoteles sus habitaciones.

Parecía la tierra más desnuda,

porque la noche fue,

como el vacío,

un resplandor oscuro en medio de la luz.

 

Entonces comprendí que la inmortalidad

puede cobrarse por adelantado.

Una inmortalidad que no reside

en plazas con estatua,

en nubes religiosas

o en la plastificada vanidad literaria,

llena de halagos homicidas

y murmullos de cóctel.

Es otra mi razón. Que no me lea

quien no haya visto nunca conmoverse la tierra

en medio de un abrazo.

 

La copa de cristal

que pusiste al revés sobre la mesa,

guarda un tiempo de oro detenido.

Me basta con la vida para justificarme.

Y cuando me convoquen a declarar mis actos,

aunque sólo me escuche una silla vacía,

será firme mi voz.

 

No por lo que la muerte me prometa,

sino por todo aquello que no podrá quitarme.

 



Grandes Obras de 
EToro de Barro

PVP: 8 euros Pedidos a:
edicioneseltorodebarro@yahoo.es




Yo, que he sobrevivido a cien lanzas
y he hecho temblar el vientre
del desierto con uno solo de mis carros,
perdí ante tus ojos mi última batalla.
Ser cobarde en amor equivale a estar muerto.



Mercedes Escolano




"El Profeta", de Carlos Morales. De su Libro "S". Ilustración Leonardo da Vinci





















«La luz del farero», de César Antonio Molina


César Antonio Molina

(España, Galicia, 1952)

 La luz del farero

 



Desde la torre veletas de bronce dorado.
La campana sonando en la proa.
La vela que se curva en la curva del corazón.
Y el corazón en la flecha del haz de luz.
Aves errantes se estrellan contra la linterna.
La férrea escalera de caracol sube y baja sin fin
como un condenado al que pasan por la quilla.
Blancas son las paredes y las maderas de caoba,
libros y periódicos encima de las órdenes,
las páginas saqueadas sin leer.
Leve ruido de cuervos en un campo de cucos.
Desde la ventana todo está tranquilo,
todo está en su ordenado desorden.
Y no hay remordimiento que turbe,
y los goces del pasado alimentan la melancolía.
y llega la noche abarcando lo vasto,
lo lejano que está ya próximo.
Y llega la noche,
y la luz que de nuevo se enciende y no basta.



Otros poemas de César Antonio Molina

 «La luz del farero»   *   «El peso del mundo»   *   «Lugar sin nombre»   *   «Las ruinas del mundo»   *   «Juncos»   *    La «Dársena»




Grandes Obras de 
EToro de Barro

Carles Duarte,"El dios de la ternura” / Trad. de Carlos Morales / Col. «Cuadernos del Mediterráneo» / Ed. El Toro de Barro / Tarancón de Cuenca, 2005. / edicioneseltorodebarro@yahoo.es
Carles Duarte,"El dios de la ternura”
Trad. de Carlos Morales
Col. «Cuadernos del Mediterráneo»
Ed. El Toro de Barro,
Tarancón de Cuenca, 2005.
Carles Duarte,"El dios de la ternura” / Trad. de Carlos Morales / Col. «Cuadernos del Mediterráneo» / Ed. El Toro de Barro / Tarancón de Cuenca, 2005. / edicioneseltorodebarro@yahoo.es






























 



«Cuando terminen definitivamente las vacaciones », de Mark Strand.


Mark Strand

(EEUU, 1934-2014)

 Cuando terminen definitivamente las vacaciones

 

Traducción de Gustavo Osorio

Nuestro agradecimiento a Círculo de Poesía

 

Será extraño
Saber al fin que no podría durar por siempre,
La voz certera diciéndonos una y otra vez
Que nada iba a cambiar,

Y recordar también,
Pues para entonces todo habrá acabado, en la forma
En que las cosas acababan, cómo desperdiciamos el tiempo como si no hubiese
Nada por hacer,

Cuando, en un destello,
Cambió el clima y el aire sublime se volvió
Insoportablemente pesado, el viento sorprendentemente torpe
Y nuestras ciudades ceniza,

Y también sabiendo,
Aquello que nunca llegamos a sospechar, que esto era algo como el más majestuoso
Verano, excepto que las noches eran más cálidas
Y las nubes parecían resplandecer,

E incluso entonces,
Ya que no habremos cambiado mucho, nos preguntaremos qué
Será de las cosas y quién nos quedará para hacerlo
Todo de nuevo,

Y de alguna forma intentaremos,
Pero aun incapaces, saber exactamente qué fue
Aquello que salió tan enteramente mal o por qué
Estamos muriendo.


It will be strange
Knowing at last it couldn’t go on forever,
The certain voice telling us over and over
That nothing would change,

And remembering too,
Because by then it will all be done with, the way
Things were, and how we had wasted time as though
There was nothing to do,

When, in a flash
The weather turned, and the lofty air became
Unbearably heavy, the wind strikingly dumb
And our cities like ash,

And knowing also,
What we never suspected, that it was something like summer
At its most august except that the nights were warmer
And the clouds seemed to glow,

And even then,
Because we will not have changed much, wondering what
Will become of things, and who will be left to do it
All over again,

And somehow trying,
But still unable, to know just what it was
That went so completely wrong, or why it is
We are dying.




Grandes Obras de 
EToro de Barro

PVP: 8 euros Pedidos a:
edicioneseltorodebarro@yahoo.es



Yo, que he sobrevivido a cien lanzas
y he hecho temblar el vientre
del desierto con uno solo de mis carros,
perdí ante tus ojos mi última batalla.
Ser cobarde en amor equivale a estar muerto.



Mercedes Escolano



"El Profeta", de Carlos Morales. De su Libro "S". Ilustración Leonardo da Vinci





















viernes, 24 de julio de 2020

Pª del Holocausto: "La Recherche", de Miklós Radnoti.

(En preparación, por Carlos Morales)


Miklós Radnóti
(1909- 1944)
La Recherche
Versión de Carlos Morales y Jaime Vándor.


(Lager Heidenau, montañas de Zagubica , 17 de agosto de 1944) 


Recuerda también las viejas y suaves tardes
Y sus brillantes mesas coronadas por los poetas y sus jóvenes esposas.
¿Dónde queda el barro del recuerdo en que te deslizas, dónde está la noche en la que los exuberantes amigos bebían alegremente el vino natal
que brillaba en sus ojos bellísimos?.

Los versos nadaban alrededor del resplandor de las lámparas.
Y los adjetivos verdes y brillantes se balanceaban sobre la cresta espumosa de su música, y los muertos estaban vivos, y los prisioneros en sus casas, los poemas de los viejos amigos cuyos corazones se perdieron bajo la tierra en España, Flandes y Ucrania.

Algunos se lanzaron hacia el frente, apretando sus dientes contra el fuego, y lucharon porque nada pudieron hacer para evitarlo,
mientras dormía la alarma de un mundo adormecido y sucio,
Bajo la cubierta de la noche, recordando los viejos hogares del pasado,
sus cuevas e islas tranquilas, alejadas de este tiempo.
 Algunos de ellos viajaron indefensos en vagones sellados de ganado a lugares donde se quedaron aturdidos y rígidos, esperando desarmados en los helados campos de minas, otros marcharon voluntariamente y silenciosos con un arma en la mano al lugar que escogieron, donde estaba su lucha y ahora el ángel de la libertad guarda sus sueños en la noche.
Algunos, no importa ya. ¿De dónde vienen los vinos sabios?
Llegaron los invasores y se multiplicaron. Y se multiplicaron las arrugas alrededor de las sonrisas de sus labios y de sus ojos de las mujeres. Y se cansaron de las hadas las muchachas en medio del silencio de la guerra.

Dónde está la noche, la taberna, los tres, debajo de esta mesa.
Y quienes viven aún, dónde están cayendo ahora los que combaten.
Mi corazón oye sus voces, mis manos se anudan a sus manos,
su valor y sus torsos se despliegan ante mi
-prisionero silencioso- en las terribles montañas de Serbia.

Dónde está la noche. Esa noche ya nunca volverá.
La Muerte lo mira todo desde otra perspectiva.
Todavía se sientan a la mesa, se esconden en la sonrisa de las mujeres.
Y volverán a beber de nuevo en nuestras copas, los amigos aún sin sepultar en los bosques remotos, dormidos ya en pastos extraños…







Grandes Obras de
EToro de Barro
Amela Einat, LA CICATRIZ DEL HUMO, Biblioteca del Holocausto, Ed. El Toro de Barro, Carlos Morales Ed., Tarancón de Cuenca, España, 2004.
PVP: 10 euros Pedidos a:
edicioneseltorodebarro@yahoo.es
En un dramático–y real– camino de retorno, algunos de los 130 niños que sobrevivieron a Auschwitz viajaron de nuevo al escenario de aquel apocalipsis con un grupo de estudiantes israelíes de secundaria, en el que se encontraban sus hijas. El encontronazo de dos generaciones distintas con aquella memoria de dolor provocó una gigantesca catarsis individual y colectiva, cuya historia fue narrada por la psicóloga infantil Amela Einat en La cicatriz del humo, Esta novela coral pone de manifiesto las diversas formas de experimentar la presencia real de aquella tragedia en todas las generaciones del Israel contemporáneo, de cuyas patologías Amela Einat es una reputada e innovadora especialista



  

«A veces no me entiendo con mis muertos», de Arturo Tendero

Ángelo Musco


Arturo Tendero
(España, La Mancha, 1961)
 A veces no me entiendo con mis muertos



Mil generaciones
viven ahora en ti.
Pero esta lucha es tuya.
-Luke Skywalker-

A veces no me entiendo con mis muertos
y sin embargo, sigo, a mi manera, siéndoles
leal, no con las flores del día de difuntos
sino con la genética:
sigo mirando el campo con sus ojos
y nombro lo que veo con sus mismas palabras.
En mi timbre de voz sé que resuenan
y tienen una forma los espejos de verme
que están viendo a mi padre y a mi abuelo
y a más generaciones que no dejaron fotos.
A veces no me entiendo con mis muertos
igual que no me entiendo muchas veces conmigo
pero aquí estamos juntos en este cuerpo todos,
lo mejor que podemos, en quien vive, hacinados.


Grandes Obras de 

EToro de Barro
 Margalit Matitiahu, "Bozes en la shara". Col. «Kuadrinos sefardíes» Ed. El Toro de Barro, Carlos Morales Ed. Tarancon de Cuenca, 2001 PVP 8 euros edicioneseltorodebarro@yahoo.es
Margalit Matitiahu, "Bozes en la shara".
Col. «Kuadrinos sefardíes»
Ed. El Toro de Barro, Carlos Morales Ed.
Tarancon de Cuenca, 2001
PVP 10 euros

 Margalit Matitiahu, "Bozes en la shara". Col. «Kuadrinos sefardíes» Ed. El Toro de Barro, Carlos Morales Ed. Tarancon de Cuenca, 2001 PVP 8 euros edicioneseltorodebarro@yahoo.es