István Kerekes
Rainer María
Rilke
(Chequia, 1875-1926)
El libro de
la pobreza y de la muerte
(Puesto
en manos de Lou)
La casa del pobre
La casa del pobre es como un sagrario.
En su interior lo eterno se cambia en alimento,
y al anochecer regresa suave
hacia sí, en un anchuroso círculo,
y se acoge en sí, lento, pleno de resonancias.
La casa del pobre es como un sagrario.
La casa del pobre es como la mano de un niño.
No toma lo que los adultos piden,
le basta un escarabajo con ornadas pinzas,
una piedra ovalada de rodar por el río,
la corrediza arena y las conchas sonantes.
Es como una balanza suspendida,
sensible a la más leve recepción,
oscilando largamente entre los dos platillos.
La casa del pobre es como la mano de un niño.
Es como la tierra la casa del pobre:
esquirla de un venidero cristal,
ya claro, ya oscuro, en su huidiza caída;
pobre cual la cálida pobreza de un establo,
y no obstante están los anocheceres: en ellos es ella todo,
y de ella vienen todas las estrellas.
19 de abril de 1903
De El Libro de la Pobreza y de la Muerte,
Parte III de El Libro de las Horas
Grandes Obras de
El Toro de Barro
PVP 8 euros
edicioneseltorodebarro@yahoo.es
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llegar limpia de nombres
a tu nombre
sin gestos del pasado
ni voces que reclamen
como recién nacida
que viera por vez primera
a alguien
que no fuera su madre
sin ecos reconocibles
y poder nombrar nuestra mirada
con palabras nuevas
que contengan
la profundidad
del primer día sobre la tierra
Qué decir, Carlos, que no sobre. Cuando un poema alcanza esa transparencia no hay que agregar adorno alguno.. Pero sí hay que detenerse en su sentido y significado. Y allí las palabras se vuelven pequeñas. Siempre que digo poeta agrego -el hombre común- Y aquí Rilke lo certfica, lo conjuga, lo advierte casi como una oración. "en ellos es ella todo, y de ella vienen todas las estrellas!. Cuán necesaria esta visión en un tiempo en el cual los dioses y los gendarmes han decretado que el hombre es un ser prescindible. Te reitero mi abrazo Carlos.
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