Jacob Epstein, Jacob y el ángel |
Carlos Morales
(España, 1959)
Ángel y
bastardo
(Inédito)
A Zhivka Baltadzhieva
Todo hombre necesita un monte en que rasgar sus vestiduras
Todo
hombre necesita un monte en que extender su sucia desnudez sobre la hierba
Todo
hombre necesita un monte en que elevar al viento la ardiente caballera de su ira
Todo hombre necesita un monte en que aguardar a Dios de pie
con un cuchillo en los dientes
Todo hombre necesita un monte en que saberse bastardo entre bastardos frente al cielo
Todo hombre necesita un monte en que aguardar a Dios de pie
con un cuchillo en los dientes
Todo hombre necesita un monte en que saberse bastardo entre bastardos frente al cielo
Todo
hombre necesita un monte en que quebrar al ángel en medio del sudor y del
combate
Todo
hombre necesita un monte en que en que espantar el único caballo de su corazón
desplomarse sobre el barro
desplomarse sobre el barro
y poder
al fin
llorar
Enlaces a otros poemas de Carlos Morales
De S (1984):
«El hombre de Zahara» * «La mujer dormida» * «Vino de Zahara»
De El Libro
del Santo Lapicero (2000):
«El libro» * «El pacto» * «El Santo Lapicero» * «El viejo de la Calle Ancha» * «El viejo» * «La puerta»
De Un rostro en el jardín (2000):
«El animal oscuro» * «El retrato»
De Salmo (2005):
«La danza del Burka» * «Salmo de los pájaros negros» * «La danza de los pásharos»
Grandes Obras de
El Toro de Barro
Carlos Morales, "Coexistencia (Antología de poesía israelí –árabe y hebrea– contemporánea” Ed. El Toro de Barro, Carlos Morales ed. Tarancón de Cuenca, 2002. PVP 10 euros. |
El Toro de Barro |
Todo hombre debe ajustar su medida a la del hombre menguante y creciente que discurre, se vence y pierde en sus adentros. Ahombrarse. Todo hombre debe reconocerse y hombrevivirse. Deshombrarse, finalmente, por el acantilado del hombre que va a iniciar el grito.
ResponderEliminarSí, ciertamente, Carlos. Todos necesitamos un monte así. Y tu poema revela con estrepitosa dureza y esa pluma tuya que siempre hiende sus palabras en la piel de la vida, que sobre esos montes hemos andado una y otra vez y que el que en verdad buscamos ese único en el cual espantar el único caballo del corazón, desplomarse sobre el barro y poder al fin llorar.
ResponderEliminarY sin embargo, Carlos, tú eres un hombre que sabes llorar. Y tanto, que has llorado por muchos. Por aquellos que aguardan a Dios de pie, por los que se saben bastardos entre bastardos frente al cielo, por lo que han rasgado sus vestiduras u otros se las han rasgado sin pudor, por los que han quebrado al ángel en medio del sudor y el combate. Y por tantos otros cuya memoria has recogidos y recoges, para que quien no haya aprendido aún a llorar, lo haga y tal vez así haga de su sucia desnudez un verdadero traje del hombre.
Y tal vez por eso has puesto el nombre de Zhivka. Porque ella ha escalado ese monte y ha llorado ese llorar hacia adentro que es como una tristeza que no se revierte. Como tú, Carlos. Como tú.
Cara Mery: a veces es preciso quitar la silla preciosa que nos regala la divinidad para montar a pelo el caballo levantisco del propio corazón. "Todo hombre debe reconocerse y hombrevivirse. Ahombrarse. Deshombrarse": así lo dice el poeta Jorge Rodríguez Hidalgo, dejarse llevar por la hombriedad, lejos de los suavizadores espejismos de Dios, sin más carne que la propia carne, conscientes de que, para vivir, no hay más cera que la que, siendo nuestra, arde. Combatir esos espejismos es la única manera de vivir la vida, el amor y la muerte...
ResponderEliminarQuerido amigo, Carlos Morales del Coso, qué poema MÁS BELLO, MAS TRISTE Y MÁS DURO! Gracias , me siento muy muy honrada, algo más, mucho más que esto. Todas las buenas energías del mundo para ti! Abrazos! Estoy en Bulgaria y casi sin Internet. Hablamos.
ResponderEliminarLlorar sería la clave, en ese monte, por no ser capaces de liberar las cadenas que nos atan, que nos condenan, a no ser felices! Un saludo...
ResponderEliminarEl Toro de Barro es un mural digital de los mejores. Baste este fragmento titulado "Ángel y Bstardo" para comprobarlo; un bellisimo fragmento de un poema de Carlos Morales que nos habla con una voz de relampagos y centellas pero lo dice en voz baja porque los grandes mensajes jamas han necesitado hablar a gritos o con amanerados gestos de despotas, emperadores o cesares como lo hizo Atila, Neron, Adolfo Hitler, Stalin, Pinoche y tantos otros. El discurso de este texto es universal desde sus comienzos. "Todo hombre necesita un monte en que quebrar al angel en medio del sudor y del combate" Con este dictum, el fragmento/poema rebasa todo lo que se ha escrito en la Historia de la Humunidad. Nadie supo y vivio esta elocuente sentencia o dictum como el Dulce Nazareno en el Monte de la Calavera. Juana de Arco lo vivio tambien al ser quemada viva en la hoguera. Hellen Keller lo sufrió por incuntables calendarios.. Es mas, esa frase que abre el texto me recuerda al hombre que se enfrenta a la muerte ante un toro miura Islero... como lo hizo el gran Manolete en aquella tarde en la Plaza de toros de Linares.....Si hay en verdad algo que codifique la condicion del ser humano...es la sangre derrama del toro que lo da todo en su embestida como si no diera nada....Felicito de corazon al poeta Carlos Morales por darnos un trozo de poesia digno de ser rumiado bajo la lluvia y el sol albero como rumian los toros de lidia en esos dias grises de lluvia terca...... Saludos a todos.
ResponderEliminarTodos necesitamos algo así, en este momento, o en el siguiente. Un gran abrazo, querido Carlos.
ResponderEliminarMaravilloso poema Carlos Morales del Coso. Tienes una manera única de decirlo. Total correspondencia con Zhivka Baltadzhieva.
ResponderEliminarMil gracias querido Carlos. Un privilegio. Excelente
ResponderEliminarCuanto más lo leo, más lo siento.
ResponderEliminarGracias siempre por tus palabras que describen interiores y estados de manera tan impecable.
Un poema con garra que alcanza el alma.
ResponderEliminarConsidérame, Carlos, un hermano bastardo. Pero lloremos sobre el barro abrazándolo, que somos una sola y misma esencia. Los días pasados han venido marcados de ramalazos y congojas. Pero las aguas de que se componen nuestras lágrimas son las mismas aguas que se decantan en la tierra. Somos una sola misma carne. Nuestra piel yace en la tierra y la tierra está en el cielo… Un abrazo emocionado, como dijera un ancestral y querido poeta.
ResponderEliminarCaro Luis Alejandro: hay maneras y maneras de ser hombre, pero en ciertos momentos de la vida todas parecen reducirse a serlo a pelo, sin más hechuras que nuestra carnalidad, sin más música que la humana música. Uno se enfrenta a Dios entonces porque precisa agotar las experiencias de la vida sin otra fuerza que la de un bastardo. Los hombres no somos un dios menor: somos no más que uno de sus bastardos. La muerte de un ser querido, el nacimiento de un hijo, el rumor del aire con que, de pronto, el amor conmueve nuestras ramas viejas: nada de ello puede disfrutarse sin desnudarse de todo cuanto no sea carne propia de hombriedad..Y hacerlo implica abandonar las ecos de las divinidades: ser "mortal y mortal", montar la vida a pelo, como un caballo levantistco que baja de los montes...
ResponderEliminarAsí es, Carlos. Hemos tenido que recorrer esos estados de trance. Y no voy a decir que lamentablemente, porque es inexorable. No hay vida que no haya de lidiar con la muerte o los dolores. Andamos, no a la deriva, sino transportando en nuestro seno mares revueltos. No quiere ello decir que no seamos dignos de solaz, pero amén de todo aquello que nos trasciende, inmenso caos con el que tenemos habérnoslas, los seres humanos -me parece- a veces le cargamos en demasía la mano al fátum y a la tragedia.
ResponderEliminarApenas leí tu conmovedor poema, me vinieron al recuerdo unas viejas líneas, jamás compartidas y escritas en un paso de mi vida que fue como el cruce de una segunda "línea de sombra". Principiaban los años 90. La frase, en particular, que me vino al recuerdo, reza así: "Somos bastardos de los dioses."
Y aquí te dejo el contexto, en humilde ofrenda…
Mujer, hombre, niños
I.
(Mujer)
Estás agazapada,
viviendo debajo de una solapa.
Te impusiste la misión de dirigir
cada uno de tus pasos en la vida.
Pero no puedes.
Nadie puede erigirse Director del coro de la vida.
¡Somos tan pequeños para eso!
Tan sólo una voz, un instrumento,
una melodía.
Tan sólo el canto azul
de un pájaro solo,
solo en la mañana.
II.
(Hombre)
No puedes evitar los avatares
del camino de la vida.
Ella no es el teatrino que pretendes que sea,
en donde podemos montar y desmontar
la gran obra del abandono de ser.
Somos bastardos de los dioses.
Aún reconociendo que sí,
que somos los creadores de nuestro pequeño teatro,
donde acaso podemos representar
nuestras pequeñas piezas,
nuestros pequeños escarceos,
nuestro pequeño vivir.
III.
(Niños)
Por gracia de la memoria,
tampoco podemos olvidar las estrellas
Secretamente,
el tintineo de su vibración,
la canción fría de sus chispas brillantes,
persisten en nuestra silenciosa,
perenne noche.
Y todo hombre necesita llorar por su tristeza. Muy bonita poesia y buena
ResponderEliminarEs una belleza. Gracias!
ResponderEliminarSolo una palabra describe tus poemas Carlos Morales del Coso. Intensidad. Este es uno muy bueno.
ResponderEliminarEstupendo y desgarrado poema Carlos. Un abrazo
ResponderEliminarPoema tremendamente humano, pues nos identificamos con sus sentires y sufrimientos...Un poema que lleva su carga de verdad y de belleza al mismo tiempo. Gracias querido Poeta Carlos Morales del Coso por este emotivo poema. Un abrazo.
ResponderEliminarAquí dejo la traducción del poema al hebreo
ResponderEliminar-מלאך וממזר
של קרלוס מוראלס
כל אדם זקוק לפסגה ,בכדי להעפיל אליה
\מקום בו ינסה לשמר את אלוהיו עמו
\כל גבר זקוק לפסגה בה ישבור
את המלאך המיוזע שבו עוד במחצית הקרב
\כל גבר רוצה להגיע לפסגה
ביודעו עצמו ממזר בין ממזרים
אל מול שמיים\
כל גבר רואה עצמו שצריך להגיע לפסגה בה יבריח
את הסוס היחידי שבלבו\ולבסוף\ שרק יוכל \לבכות.
Emocionante y hermoso tu poema, querido poeta Carlos Morales del Coso
ResponderEliminarExtraordinario, y gracias por compartirlo
ResponderEliminarMaria Cristina Pedraza que bello
ResponderEliminarCreo que si que"Todo hombre necesita ese monte donde mosttarse con su caballo desbocado tal cual es siendo primitivo o sensible
ResponderEliminar16 de agosto a la(s) 0:09 · Me gusta · 1
Blancapaloma Rachel Rachel Y siendo ambos a la vez
16 de agosto a la(s) 0:10 · Me gusta
Percepción trágica del sentido de la vida. En este poema, la repetición de "Todo hombre necesita luchar..." ante ese vacío espiritual, desprovisto de valores, en que basar y dar sentido a sus vidas. Para ello debe "rasgar sus vestiduras..."; esperar a "Dios con un cuchillo en la boca", ..."necesita un monte" para soltar ese caballo desbocado que anida en su corazón. En esos momentos de crisis espiritual, en esa lucha desmedida, sólo le queda, desahogar esa carga que "lleva en su pecho",e inclinado y sujeto su rostro, entre sus manos... llorar / llorar / llorar..." "Horeb" un gran poema de Carlos Morales del Coso, ante quien me inclino, para agradecer y, agradecerle por compartirlo. Un abrazo estimado poeta.
ResponderEliminarMar Busquets Mataix No sé qué puede faltarle a este poema...recrea la plenitud. Es rotundo
ResponderEliminarLya Sheinfeld ... intenso
ResponderEliminarHace rato que ya no tengo palabras...!!!!
ResponderEliminargenial!
ResponderEliminarPaula Vicens Bonet Llorar, por tantas horas desperdiciadas....
ResponderEliminarEres un gran poeta, Carlos. Al fin descubrí quien era El Toro de Barro. Un trabajo alucinante. Quien es Zhivka Baltadzhieva.
ResponderEliminarZhivka Baltadzhieva es, en principio, una de las más grandes voces de la poesía búlgara y europea contemporánea, que me ha enseñado a cultivar el don de la sencillez. Pero esa no es la única razón de la dedicatoria; frente a la amistad, o a la serenidad humana con que ha encajado su vida de pérdidas constantes, ni siquiera es la mayor. Por lo demás, Lucía, agradezco mucho tus palabras, pues vienen de una voz irreverente y dura com un látigo que chasca, y a la que sigo desde hace muchos años ya....
ResponderEliminarLos poetas son tantos y tan buenos, diseminados por el mundo, que me resulta imposible conocerlos a todos. Convengo en que también empecé grande este tránsito maravilloso, después de caminar por los carriles de la Justicia de los hombres y mujeres que no pueden frenar la tremenda inequidad que existe en este mundo. Fuimos ingenuos en creer que luchar por un mundo mejor nos iba a dar la satisfacción de verlo en paz.
ResponderEliminarNo creas que soy irreverente y dura como un látigo que chasca. Sé distinguir la buena y la mala literatura, aún encubierta por las luces de los reflectores que estimulan determinadas modas.
Un cariño.
Por qué publicas tan poco? Por qué tanto pudor? Ojalá muchos de los poetas que admiro tuvieran esa responsabilidad con las cosas bien hechas que tú tienes, amigo.
ResponderEliminarDesnudar el alma escribiendo
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