Hermann Hesse
(Alemania, 1877 – Suiza,
1962)
En la neblina
Versión de Carlos Morales.
Qué extraño es vagar en la
niebla,
entre la soledad de las
piedras y de los arbustos.
Ningún árbol ve los otros árboles:
Cada uno está solo.
Colmado estaba el mundo de
mis amigos
cuando mi vida era aún
resplandeciente.
Ahora que la niebla cae
los ha borrado a todos.
En verdad, no hay sabiduría
en quien no conoce las
tinieblas
que fatal y silenciosamente
de todo nos separa.
Qué extraño es vagar entre la
niebla!
Vivir es siempre soledad.
Ningún hombre conoce al otro.
Cada uno está solo.
***
Im Nebel
Seltsam, im Nebel zu
wandern!
Einsam ist jeder Busch und Stein,
Kein Baum sieht den anderen,
Jeder ist allein.
Einsam ist jeder Busch und Stein,
Kein Baum sieht den anderen,
Jeder ist allein.
Voll von Freunden war mir die Welt,
Als noch mein Leben licht war,
Nun, da der Nebel faellt,
Ist keiner mehr sichtbar.
Als noch mein Leben licht war,
Nun, da der Nebel faellt,
Ist keiner mehr sichtbar.
Wahrlich, keiner ist
weise,
Der nicht das Dunkel kennt,
Das unentrinnbar und leise
Von allen ihn trennt.
Der nicht das Dunkel kennt,
Das unentrinnbar und leise
Von allen ihn trennt.
Como buen venezolano (y creo, Carlos, que te consta), corroboro lo expresado en la nota, agradezco el poema y, por sobre todo, doy gracias infinitas por el regalo de poder escuchar poema suyo en su voz. Soy de los conterráneos que admiran a Hesse, no exclusivamente por su prosa narrativa, sino por su iluminadora prosa ensayadora y su desatendida poesía, tan llena de luz y de sencillo, humano lirismo, el que -por ausente- tantos estragos ha causado en la comuna.
ResponderEliminarGracias Carlos, una vez más...
La soledad va consumiendo la vida, de ahí la añoranza de los días compartidos y felices "ninguno es visible", nos dice el poeta. Un lirismo acentuado en este poema desgarrado de Hermann Hesse. Gracias Carlos Morales del Coso. Un abrazo.
ResponderEliminarBellisimo.
ResponderEliminarNo lo conocis. Gracias...
Qué extraño es vagar entre la niebla!
ResponderEliminarVivir es siempre soledad.
Ningún hombre conoce al otro.
Cada uno está solo.
Estos versos de Hermann Hesse son una verdad irrefutable
Ay, mi querido Carlos, colocas un poema que de alguna manera todos hemos vivido en la plenitud de las ausencias. Pero la vida nos enseña que es sólo en los contrastes donde constatamos la reverberación de lo vivo.
ResponderEliminarY cuando la niebla cae, limpia, con su densidad de agua que aún no es lluvia, nos entrega los parajes de las compañías que nunca fueron nuestras. Y Hesse lo sabe y lo dice: no hay sabiduría en quien no conoce las tinieblas. Y la sabiduría mayor que nos otorga –si los sabrás tú, Carlos- es que vivir en soledad, en medio de la historia de un mundo fragmentado, donde no es posible que un hombre conozca a otro, es el único territorio donde el vivir muestra las alas que no ha podido utilizar, la alegría que nunca se conquistó, la plenitud que se silencia en el corazón del follaje.
Y allí en ese silencio, única pertenencia verdadera que aún tenemos, es que sentimos fraguar la vida que llevamos con nosotros, respiración o latido, abrazo que no alcanza al otro, pero que se entrega con la belleza de un pájaro liberado.
Pero no he dicho nada que Hesse no nos hubiera sugerido en este poema, tan hermosamente traducido por ti, Carlos. Ni algo que tú no hubieses descubierto en medio de tus noches estrelladas. Gracias, por sacudirnos.
Hermoso poema. Muy buena traducción. Impecables comentaristas que me preceden.
ResponderEliminarUn regalo de este viernes en el que como en aquel sueño de Bécquer: "solo sé que conozco a mucha gente: a quienes no conozco".