martes, 3 de junio de 2014

"Treinta segundos antes de mi muerte", de Óscar Ayala

Óscar Ayala

Treinta segundos antes de mi muerte



Tan solo sonreír es más abominable que morir.
Solo para morir
permito
abrir la puerta.

(Dicen que en cada gesto sus beatíficos párpados
iban perdiendo fuerza; dicen que al desplomarse
aplastaron una ciudad del tamaño de mi asco por los mansos.)

Si es urgente matar
o amar con rabia,
¿por qué esperar una señal?
Si hay que empuñar el lápiz con firmeza;
si hay que exprimir palabras como “amor”,
“amigo” o “esperanza”
para extraer la última gota de violencia;
si hay que desenterrar la profecía
que anunciaba una edad tan muy, tan más y tan entonces;
si hay que aventar el ancho
clamor de bienvenida
¿por qué esperar
una señal?

¿Por qué esperar si se presiente el ritmo
de la conspiración,
el zumbido insistente, el gesto
que precede a los pactos,
la efímera empatía entre animales
lingüísticos rivales?

No quiero, sin embargo, estar presente
el día de la victoria.
No hay victoria sin muerte.
No hay verso sin melífera flor de la tentación.

(Ya todo buen poeta ha tenido su verso
y no tengo yo otro que el que guardo escondido
para dártelo escrito
treinta segundos antes de mi muerte.)



De su libro
Parajes de lo incierto,
Alacena Roja, 2014 






Grandes Obras de 
El Toro de Barro
 José Ramón Ripoll, "Variaciones sobre una palabra". Col. Cuadernos del Mediterráneo. Ed. El Toro de Barro, Tarancón de Cuenca 2001. edicioneseltorodebarro@yahoo.es
José Ramón Ripoll, "Variaciones sobre una palabra".
Col. Cuadernos del Mediterráneo.
Ed. El Toro de Barro, Tarancón de Cuenca 2001.
edicioneseltorodebarro@yahoo.es


5 comentarios:

  1. Humedecerse los ojos, escalofrío por la espalda, signos inequívocos de que se respiraba poesía...al escuchar a Oscar, esta tarde en la Librería Diógenes, gracias

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  2. Es que es un poeta realmente vertiginoso, un raro animal literario en el bestiario de la poesía española contemporáneo. Le poesía como manifestación máxima del "poder" creador que en un tiempo fue un atributo de los mismos dioses, y que busca en la música el reflejo de esa armonía buscada por quien, no siendo Dios, aspira a su propia creación... Me atrae mucho la poesía de Óscar Ayala, mucho, mucho.

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  3. Me identifico por completo con su poética, Carlos

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  4. Pero tu poesía es equilibiro puro, Miguel. La pasión por la música os aproxima, pero tu voz es casi contemplativa. La voz de Óscar Ayala suena a martillo que doblega el hierro. Sois muy muy distintos...

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  5. Gracias Carlos: Mis comienzos fueron como los suyos. Lee Aproximática, con su "Sexto Conocimiento de la Noche"

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