lunes, 18 de noviembre de 2013

"Por qué no soy budista", Molli Peackok






Molly Peacok
Por qué no soy budista



Amo el deseo, el estado de necesidad y de saber
adquirir; construir un reino en el alma
requiere del deseo. Amo las cosas que anhelo:
tú en tu bata de baño sin amarrar, las lenguas de efectivo
(que cuelgan
de mi billetera; y amo lo que quiero: ropa,
casas, redenciones. ¿Acaso un traje nuevo color malva
equivale a Dios? Oh, no, el deseo tiene jerarquías. Perder
una pluma amada no es igual a perder la fe. El deseo pertinaz
por un pastel de nuez es menos apremiante que la muerte,
pero el pastel en su plato adquiere un significado,
incluso cuando el amor peligra y ya nada importa.
Para mi madre, salud, para mi hermana, desposeída,
entereza. Pero ¿por qué el deseo es sufrimiento?
¿Por qué la carencia deja al mundo en harapos?
¿De qué otra manera si no en harapos debe estar el mundo?
Una casa con un portal rodeado de columnas en lo alto 
(sobre un lago.
Ten, aquí está tu dinero. Un rostro amado en agonía,
el espíritu se ha marchado. Ten, usa mis harapos de amor



Grandes Obras de 
El Toro de Barro
PVP: 8 euros Pedidos a:
edicioneseltorodebarro@yahoo.es



Yo, que he sobrevivido a cien lanzas
y he hecho temblar el vientre
del desierto con uno solo de mis carros,
perdí ante tus ojos mi última batalla.
Ser cobarde en amor equivale a estar muerto.
 
 
Otros poemas de.
Mercedes Escolano


"El Profeta", de Carlos Morales. De su Libro "S". Ilustración Leonardo da Vinci





 
 
 
 
 
 
 
 
 
 



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