jueves, 15 de agosto de 2013

"El ángel de la guarda", de Manuel Mantero.




Manuel Mantero
Ángel de la guarda



El cuerpo aquél cuya presencia era
un éxtasis
y su andar un latido
apresurado hacia los pubis
adolescentes,
no vive ya: malvive.
Tanto vino ha encorvado su belleza,
sin pluma y sin poder tiene las alas,
le duele el gesto de reír
y se fatiga si los astros mira,
él, que cielos de plata cada noche
con una mano sostenía.
Renuncio
a ser el ángel de la guarda
de mi sátiro ángel de la guarda.



De su libro
Primavera del Ser,
Igitur, 2003

Grandes Obras de 
El Toro de Barro


Shamer Khair, enCarlos Morales COEXISTENCIA, Antología de la poesía isralí -árabe y hebrea- contemporánea.
2ª Edición.
PVP 10 euros
edicioneseltorodebarro@yahoo.es

Cuando tocó mi mano con sus dedos,
cuando mordió mi mano
y dejó sus labios caer sobre mi boca
como una manzana, había nubes
cabalgando encima de la tierra,
y el fuego de su alma se agitaba
como el relámpago de una tormenta de verano.
No era un espejismo, no: la tierra era
un mar sediento y encrespado,
y cuando la abrazó la lluvia, mi corazón

se llenó de guitarras, y se atrevió a cantar.


Shamer Khair

























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