Memoria del Apocalipsis
Comíamos dinero en las noches sin luna.
Añorábamos los bares y los cinematógrafos
pero estábamos perdidos en mitad de la niebla.
El miedo quema hoy el corazón de mi casa,
porque alguna vez perdimos el mapa de la vida
y llamó a nuestra puerta el final de los días,
con la tarjeta de visita del ángel exterminador.
Toda la noche oímos volar incertidumbres,
aunque olvidamos oler el viento sobre las ramas
del árbol de la ciencia del bien y del mal.
Deja ya de rezar sobre los templos vacíos,
que los dioses ya huyeron rumbo a la frontera
y hay naves ardiendo sobre un mar de dudas.
El infierno es lo que recordamos del futuro.
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© Del poema, Juan José Téllez
En caso de reproducción, se ruega citar la autoría.
Un golpe a la conciencia. A valorar las cosas que sí tienen valor.
ResponderEliminargracias, Myriam, por tus comentarios. La perplejidad y la desazón no matan la esperanza.
ResponderEliminarJuan José Téllez