miércoles, 11 de enero de 2012

"Canción de octurbre", de Joaquín Amat-Piniella



 Canción de octubre 






    Ce bruit mystérieux sonne comme un départ
         "Chant d’automne", BAUDELAIRE



Por qué las nubes no se detienen en su vuelo
si su moverse es tiempo que se escabulle
y este tiempo es silencio y tristeza para mí?

¿Por qué los días no agotan su sucesión
si cada alba da vida a un presagio de tinieblas,
y cada crepúsculo, arcos voltaicos a mis ojos enfermos?

¡Reir o llorar, qué más da, si es abrir el corazón!

Sentir sobre los pulsos la pesadez, la debilidad,
el satén de los odios, las agujas de la afección;
ágiles los pies sobre las calles soleadas,
vacías las manos ya que es fortuna la fe,
encendida la mirada en busca de los azules de cobalto...
¿Quién ha puesto a mi paso la sordina de la decepción?

¡Oh, Dios, que rodeaste de prodigios mi ilusión,
pon el universo sobre un eje que rehaga los dibujos añorados
monta guardia de fuego en los caminos por donde huye el tiempo!

Y que las palabras tengan de nuevo el sentido único de su música
– pájaros que buscan los rumbos por los remolinos del aire –
que los gestos marquen solamente el ritmo de las danzas vírgenes
– árboles sufrientes en el huracán de las fuerzas invictas –
que las pasiones sean simples como el hambre o la sed
– frutas que irradian la voluptuosidad de su frescor –
que los gustos lleven el apremio de la codicia
– torrentes que en aluvión arrastran tesoros frustrados –.

¡Ah, la aridez de los vientos, de las aguas, de las tierras... de las almas!


Si ya no puedo ser yo, ¿por qué esperar el invierno?




K. L. Mauthausen,
octubre de 1944










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© Del poema, herederos de Joaquín Amat-Piniella

© De la traducción, Carlos Morales 
 En caso de reproducción, rogamos se cite la autoría.

 
 




















 








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1 comentario:

  1. "Si ya no puedo ser yo, ¿por qué esperar el invierno?"

    Tiene mucha fuerza este poema. Excelente autor.

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