José María Micó
Lápida de la noche triste
Sé que no está, pero he venido a verla.
Sé que de cualquier muerte tan
lejana
solo suele quedar un breve asiento
en algún libro de registro.
Ahí estuviste tú, padre del padre,
llegado de tu tierra a la
conquista
de una vida mejor en Cataluña.
Una vida menor,
cortada por la luz,
interrumpida sobre un surco ajeno,
y aquella noche triste,
con tu muerte sin sangre,
supimos que en el barro se quedaba
mucho oro perdido,
todo el botín de un héroe sin
épica.
Después,
lo que no te robaron,
también diezmado y sucio,
cruzó sin alegría la frontera de
Francia.
Yo cruzo sin tristeza el confín
del olvido.
Sé que todas las muertes
acaban pareciendo naturales.
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© Del poema, José María Micó.
En
caso de reproducción, rogamos se cite su autoría.
Muy lindo...especialmente triste
ResponderEliminarGracias, tiene una belleza triste.
ResponderEliminarEs magnífica, para mí no es triste, me da paz
ResponderEliminarGracias, muchas gracias, Carlos, por regalarnos estos textos que a pesar de ser algo duros para el Alma, sobre todo por los tiempos que corren, creo, sin embargo, necesarios. Siempre he pensado, aunque amo la sonrisa, el optimismo y la vida, que la prosa dura, cruel pero real como la vida, no solo es necesaria, sino imprescindible para bañarnos, de vez en cuando, en humildad, generosidad y solidaridad con nosotros y los demás. Especialmente con los demás. Gracias de nuevo...
ResponderEliminarEs un poema que reconoce los cimientos de la historia familiar, la herencia más querida. Gracias Carlos, por mostrarnos día a día la poesía que aún nos queda por descubrir.
ResponderEliminarEs un gran poema de un grandisimo poeta No haberlo podido editar en su día es una de las espinas que tengo clavadas en el corazón. No pierdo la esperanza de poder hacerlo. No la pierdo.
ResponderEliminarEs un hallazgo interminable tu permanente trabajo por la poesía y su difusión, nos nutres de poetas como José María Micó, desconocido para esta zona del mundo pero de una calidad que me exime de comentarios .Me emociona el pensar la hora de los adioses con tanta gentileza de alma, con esa grandeza que soñaba Borges
ResponderEliminarEl poema de Micó...¿cómo te diría?...Soy yo. Ahí me he visto íntegramente. Es lo que tiene la buena poesía, que universaliza lo particular.
ResponderEliminarexquisid...
ResponderEliminargràcies, Carlos!!
abraçada poètica...
Gràcies, me encantó! Bona tarda. Alicia.
ResponderEliminarsupimos que en el barro se quedaba
ResponderEliminarmucho oro perdido,se que todas las muertes acaban pareciendo naturales....
ResponderEliminarMe ha gustado una expresión que he leido: Belleza triste. Asi lo siento yo, así lo veo.