Ernesto Lumbreras
(1966)
Silencio
(el
furor)
Pasé la noche sin decirte nada.
Bueno, te dije: niebla
en el jardín,
queriéndote decir: aquí
las nubes
pesan mucho, mejor
pedir un toro
en un campo de
trébol.
Sí, mejor
prender fuego a tu casa cuando vuelvo
de la resurrección o del otoño.
(campo
de trébol)
Un dolor incandescente cae
en tu arroyo zarco. La herida es también un pensamiento. Duele así tu
escritura: sol sobre la hierba donde una flor asoma. Quien se mira en tu sangre
es el otoño. Yo deseo la luz muerta de una herradura bajo el agua.
(el
misterio)
Yo no tenía palabras que
ofrecerte.
Tenía sí, un jarrón chino con
rosas,
la alegría de un bosque sin
senderos,
mucho sol en los ojos y un
deseo
como de pisar lumbre.
Me pesaba
tu
hablar sin santo, sórdido, con pájaros
saqueando
un granero de cebada,
día
y noche, hasta su última semilla.
Me
faltaban vocales para verte
correr
tras el invierno.
De su
libro
El encaminador
de almas
(1999)
Otros poemas de Ernesto Lumbreras
«El cielo»
«Sauce desbordado»
«Vagos en una esquina blanca»
«Cerco de alcoba»
«Escritura de carbón»
«Silencio»
Grandes Obras de
El Toro de Barro
Carlos Morales, "Coexistencia (Antología de poesía israelí –árabe y hebrea– contemporánea” Ed. El Toro de Barro, Carlos Morales ed.
Tarancón de Cuenca, 2002.
PVP 10 euros. |
El Toro de Barro |
Gracias Carlos, aunque ande atrasado en mis participaciones. Voz decantada la de Lumbreras. Sus versos huelen a naturaleza...
ResponderEliminarLA
(luis.contreras.loynaz@gmail.com)
Me ha gustado mucho, es un bello lenguaje poético, un poco entreverado, cae como cascada, como velo que oculta algún misterio.
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