Cámara oscura
He olvidado qué hay tras los muros que me cercan.
No
sé por qué el tiempo se desentiende de este dolor.
El
mundo es silencio.
La
vida es espera.
Soledad
la muerte.
¿No
ha venido nadie en esta noche de ceguera?
Nadie
que trajera el mandato de los poderosos,
nadie
que levantase la voz de los caudillos.
¿Por
qué habláis, soldados, si nadie os comprende?
¿Por
qué calláis, poetas, si en cada puerta ponéis la luz?
Y
yo entre estos muros,
entre
cortinas de sangre infecunda...
Yo
que espero cosechas generosas,
y
amores prolíficos,
y
universos de paz.
Oh,
el miedo del no ver, del no saber, del no sentir:
heridas
las manos de andar a tientas,
encendido
el pensamiento de preguntar sin respuesta,
sordos
los oídos de esta martilleante mudez.
¿Quién
querrá rescatarme de esta cámara oscura?
¡Venid,
caballeros dorados de los días de sol!
Que
los campos devastados no son estériles
y
yo, que callo entre silencios, hablaré...
K. L. Mauthausen,
Noviembre de 1944
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© Del poema, herederos
de Joaquín Amat-Piniella
© De la traducción, Carlos Morales
En caso de reproducción,
rogamos se cite la autoría.
Series Cartas Khalo Faro
Ícaro Burka
El poeta ha hablado, nos queda la esperanza.
ResponderEliminarEl poeta así es el órgano real productor de fe: por él lo plenamente individual adquiere una dimensión social, una relación universal.
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