Cementerio judío de Suiza
No conseguí salvar una vida
no conseguí salvar
ni una sola vida
no supe detener
ni una sola bala
por eso recorro cementerios
que no existen
busco palabras
que no existen
corro
en ayuda de quien no me la pidió
en un auxilio póstumo
quiero llegar a tiempo
aunque el tiempo nos haya terminado.
De su libro La muerte del unicornio (1981)
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En
caso de reproducción, rogamos se cite su autoría.
ResponderEliminarEste poema habla por esa parte de nosotros que aún no hemos encontrado. Esa certeza de querer llegar a tiempo, aunque el tiempo nos haya terminado, nos acompaña materialmente desde que nacimos. Las fosas comunes cambian de espacio, las balas circulan en otras dimensiones, ya no sabemos ni dónde quedan cementerios que son testigos de más de una muerte continuada, pero el dolor cruje con la misma intensidad. Y este poema en su brevedad y concisión es una verdadera joya. Sin adornos. Cómo adornar una realidad de ese calibre. Tiene razón: somos buscadores de palabras que no existen, y nunca hemos podido llegar a tiempo para salvar a alguien. Quedan sólo en nuestras vibraciones los sueños frustrados, los intentos quebrados. Y este poema es una extraordinaria y conmovedora síntesis de nuestros frágiles pasos por ese vivir que es más bien morir. Gracias, como siempre, Carlos, por poner al sol de los mediodías estos poemas. Por la sobria claridad de tu traducción.