Algún día
(Traducción de Carlos
Morales y Javier
Semprún)
No los conozco.
No me desperté con ellos antes del amanecer
ni estaba de pié con ellos
cuando las sombras abandonaban el poblado.
Tampoco bebí una gota de su sangre
bajo los caballos blancos.
Solo escuché el llanto de mi madre.
Nada supe del calor de sus pasos,
salvo su bondad;
nada sabía de su futuro,
excepto esos trazos que se extienden ante mí.
Y abro mi corazón,
y siento que podría entrar en su dolor.
Algún día en el cementerio del poblado
tampoco ellos sabrán de mí.
Esta es una niña pequeña
cuyo pelo cubrieron de granadas.
Sintió que la despedazaban
justo antes de la muerte del rocío.
Aquella es una mujer
cuyo amanecer fue asesinado
cuando descubrió su pecho
a la boca de su bello amante.
No, no te estoy diciendo
que resucitarán, no.
Ninguna víctima regresó jamás
de la tierra de los versos.
No me desperté con ellos antes del amanecer
ni estaba de pié con ellos
cuando las sombras abandonaban el poblado.
Tampoco bebí una gota de su sangre
bajo los caballos blancos.
Solo escuché el llanto de mi madre.
Nada supe del calor de sus pasos,
salvo su bondad;
nada sabía de su futuro,
excepto esos trazos que se extienden ante mí.
Y abro mi corazón,
y siento que podría entrar en su dolor.
Algún día en el cementerio del poblado
tampoco ellos sabrán de mí.
Esta es una niña pequeña
cuyo pelo cubrieron de granadas.
Sintió que la despedazaban
justo antes de la muerte del rocío.
Aquella es una mujer
cuyo amanecer fue asesinado
cuando descubrió su pecho
a la boca de su bello amante.
No, no te estoy diciendo
que resucitarán, no.
Ninguna víctima regresó jamás
de la tierra de los versos.
Del libro
"La Tormenta"__*__"Tarde o temprano"__*__"Pobre Laila"
"El abismo"__*__"El fuego de la tribu"__*__"Algún día"
2ª Edición.
PVP 10 euros
edicioneseltorodebarro@yahoo.es
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Libro
recomendado
Cuando tocó mi mano con sus dedos,
cuando mordió mi mano
y dejó sus labios caer sobre mi boca
como una manzana, había nubes
cabalgando encima de la tierra,
y el fuego de su alma se agitaba
como el relámpago de una tormenta de verano.
No era un espejismo, no: la tierra era
un mar sediento y encrespado,
y cuando la abrazó la lluvia, mi corazón
se llenó de guitarras, y se atrevió a cantar.
cuando mordió mi mano
y dejó sus labios caer sobre mi boca
como una manzana, había nubes
cabalgando encima de la tierra,
y el fuego de su alma se agitaba
como el relámpago de una tormenta de verano.
No era un espejismo, no: la tierra era
un mar sediento y encrespado,
y cuando la abrazó la lluvia, mi corazón
se llenó de guitarras, y se atrevió a cantar.
Shamer Khair
Me llega y me gusta mucho este poeta, dice cosas tremendas bajo un aire de sencillez.
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