Quiero tan sólo torturarte a fuerza de caricias: yo no quiero ninguna.
Quiero tan sólo
escuchar el mar en el hueco de tus manos, y luego, poner tus manos sobre
mis ojos como un pedazo de noche.
Quiero tan sólo
embriagarme de nostalgia, sosteniendo tus ojos con los míos.
Quiero tan sólo
escuchar tu voz, que las voces de mi país de nuevo me acercaran.
Quiero tan sólo
acariciar sobre tu cuerpo mis recuerdos y mis añoranzas.
Y si beso tus labios,
su jugo me sabrá amargo.........
Pero besé tus labios y
su jugo me embriagó.
Acaricié tu cuerpo y mi
mano se puso a temblar.
Escuché tu voz y las
voces de las mujeres de mi país me parecieron música bárbara.
Respiré tu perfume, sí,
semejante al fresco aroma que exhalan los jardines antes del amanecer, y
ya no puedo inclinarme -¡no!- sobre las rosas...
Sostuve tu mirar y bajé
los ojos.
Escuché el mar en el
hueco de tus manos, y ese océano me devoró....
Traducido de la edición francesa de
El jardín de las caricias,
De Fanz Toussaint.
"La voluptuosa" "El sueño de los lebreles" "El alfarero"
"Canto de despedida" "La serpiente" El alfarero
"La bailarina" "La batalla" "El Vencido"
"La canción del guerrero" "La arena"
Grandes Obras de
El Toro de Barro
PVP 10 euros
edicioneseltorodebarro@yahoo.es
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Cuando tocó mi mano con sus dedos,
cuando mordió mi mano
y dejó sus labios caer sobre mi boca
como una manzana, había nubes
cabalgando encima de la tierra,
y el fuego de su alma se agitaba
como el relámpago de una tormenta de verano.
No era un espejismo, no: la tierra era
un mar sediento y encrespado,
y cuando la abrazó la lluvia, mi corazón
se llenó de guitarras, y se atrevió a cantar.
cuando mordió mi mano
y dejó sus labios caer sobre mi boca
como una manzana, había nubes
cabalgando encima de la tierra,
y el fuego de su alma se agitaba
como el relámpago de una tormenta de verano.
No era un espejismo, no: la tierra era
un mar sediento y encrespado,
y cuando la abrazó la lluvia, mi corazón
se llenó de guitarras, y se atrevió a cantar.
Otros poemas de
Un poema magnífico, eso me gusta de tu blog, de tu selección y de tus traducciones, que nos traen la más sublime poesía. Depende también del origen de ella, en el oriente medio y el más lejano, con esos rasgos de sensibilidad y armonía que no abunda en nuestra cultura occidental. Tiendo a pensar que al trasladarla al español, bajo tu estilo, la enriqueces. Y todo no hace más que remitirme a esa joya que es tu versión de "El Cantar de los Cantares".
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