El píccolo abattino
Cascada
Pequeña oda al estropajo
En busca del jabón y de la arena,
el estropajo va arrullando al agua,
destellando baldosas, fregando los pucheros,
y los deja brillante y relimpios,
cual si la luna en ellos las noches se pasara.
Dios sonríe mirando al ternísimo estropajo,
cuando, cordiales, las manos de mi madre
con él se juntan, rumiándole los filos al cuchillo,
a la sartén diciéndole altísimos conceptos,
acariciando puertas con músicas de esparto,
u tal vez llenando de sudor los vidrios.
A Dios le agrada besar la frente al estropajo;
de pasmos las órbitas redondearle, avanzando a la ventana;
saludar sus sospechas con labios divertidos,
contestar al posible naufragio, ignorar sus pecados,
y Padre ser, y mucho, y gusta de hacernos llevaderas las sandalias.
Es estropajo es moneda diminuta con que se compra
aire, los minutos, los insectos o las hojas.
Las mismas manos que lo tocan
Repasarán después sus tres rosarios,
limpiarán el polvo de las sillas
y harán cantando aquella cama.
Y Dios se goza, ama al lánguido estropajo,
pues su hamaca es, y es su almohada,
por donde dedos cantan como pájaros
y la arena se supone encariñada
con el mate vago olor de los pucheros.
Hay algo que emociona con polvillo de azúcar
cuando escurren los platos cándidos en la pila,
luego que cuecen demasiado los garbanzos, y el soplillo,
dulcemente, las ascuas apagadas encandila;
y es que se enreda el estropajo con mi madre,
y a Dios le ruega, rezando desde abajo,
que santa sea, y sonría en el espejo,
pues tocando está el piano y nadie escucha.
A Ezra Pound
Ezra Pound Oh! Ma jolie consiste en dejar los ojos
como joyas,
no afectarme demasiado por los pisos y equipajes
-Comment allez vous?-
acelerar los pasos leyendo en los breviarios
o derivar mi frente hacia otras constelaciones.
Soy yo –piccolo abattino encuadernado en Cuenca-
quien de lejos te habla un tanto con sabor de mueca
sin ningún mal deseo que emocione la tregua
tal un poste
Lentamente me sucedo con las piernas a un lado
Se iluminan los trenes –Savez vous l’heure qu’i1 est?-
-bueno es que la luna dé consejos-
-quizá los pasaportes tropiecen con el frío-
Debussy me surca. Las cosas van mal en Alemania
los clásicos se leen copo a copo por las tardes
y en los bares lienzos pregonan lo mismo que los dioses
Ezra Pound, ¡oh! Las flores completan el paisaje
la yedra trepa al lado, tú te pudres
porque una noche tuviste por la mano
algo peor que un mal pensamiento
As tu vu mon cousin?-
Por eso siembro alondras por las calles
para decirte que Picasso es de Málaga y pinta
"Still life wiht saucepan", en el 45
y últimamente alumbra vasos que patinan
Agonizan ternuras, Ezra Pound, las que mis ojos sueñan
las que mis manos tocan con prudencia
En Londres Winston Churchill anuncia por radio su programa
en Palestina las muchedumbres rezan a Cristo o al profeta
en cambio por Francia el presidente espera (1)
Créeme, Ezra Pound, las cosas bellas van cambiando
ya no existen los héroes que tendió la marea
y la palabra camina igual que la mentira
Ignoras, por ejemplo, que el Rey sigue en Yerbas Buenas
se alzan esos techos, paviméntanse los astros
se empadronan los vientos, úrdense picos de paloma
que en España los dólares se pesan y toreros
"Demain c’est aujourd’hui"
así cerramos los cerrojos por pánico a las bombas
preparamos con recelo las medidas del Gobierno
o nos enfadamos un tanto al conocer que
girasoles extraños crecen en Baviera
No hagas caso Ezra Pound recluido como loco
pues locos andamos los que habitan el planeta
y la Prensa y los cantantes del Leicester
Es inútil que Dulles apremie a Europa
tú bien sabes lo terca que es por vieja
Cette troupe-oi de bons acteurs
Ezra Pound; oh qué inútiles son los palcos,
pero más tonto es el mundo que contempla.
(El primero de estos poemas, "Casdada", es una composición postista que, aunque publicada a comienzos de los noventa en Ciudadela, fue escrito en 1954, cuando el poeta era todavía "un seminarista rubio con un tridente clavado en las axilas"; los dos siguientes, publicados en La Casa (1960), son testigos de la vinculación de Carlos de la Rica con el "Realismo mágico" y de la génesis de ese "realismo mitológico" que convirtió a este cura de Cuenca en el antecedente humanista más temprano del culturalismo español de los años setenta)
Cascada
Por el barrio de los cielos
llega corre la cuadriga
viene llega la palmera
trota viene y se detiene
suelta el agua la deidad
musgos nacen salen prenden
la escalera del estanque
fuente fuertes los caballos
grifos por el pico la custodian
abren paso -paso a la cascada
agua arco aire y aguas
tres palomas.
llega corre la cuadriga
viene llega la palmera
trota viene y se detiene
suelta el agua la deidad
musgos nacen salen prenden
la escalera del estanque
fuente fuertes los caballos
grifos por el pico la custodian
abren paso -paso a la cascada
agua arco aire y aguas
tres palomas.
Pequeña oda al estropajo
En busca del jabón y de la arena,
el estropajo va arrullando al agua,
destellando baldosas, fregando los pucheros,
y los deja brillante y relimpios,
cual si la luna en ellos las noches se pasara.
Dios sonríe mirando al ternísimo estropajo,
cuando, cordiales, las manos de mi madre
con él se juntan, rumiándole los filos al cuchillo,
a la sartén diciéndole altísimos conceptos,
acariciando puertas con músicas de esparto,
u tal vez llenando de sudor los vidrios.
A Dios le agrada besar la frente al estropajo;
de pasmos las órbitas redondearle, avanzando a la ventana;
saludar sus sospechas con labios divertidos,
contestar al posible naufragio, ignorar sus pecados,
y Padre ser, y mucho, y gusta de hacernos llevaderas las sandalias.
Es estropajo es moneda diminuta con que se compra
aire, los minutos, los insectos o las hojas.
Las mismas manos que lo tocan
Repasarán después sus tres rosarios,
limpiarán el polvo de las sillas
y harán cantando aquella cama.
Y Dios se goza, ama al lánguido estropajo,
pues su hamaca es, y es su almohada,
por donde dedos cantan como pájaros
y la arena se supone encariñada
con el mate vago olor de los pucheros.
Hay algo que emociona con polvillo de azúcar
cuando escurren los platos cándidos en la pila,
luego que cuecen demasiado los garbanzos, y el soplillo,
dulcemente, las ascuas apagadas encandila;
y es que se enreda el estropajo con mi madre,
y a Dios le ruega, rezando desde abajo,
que santa sea, y sonría en el espejo,
pues tocando está el piano y nadie escucha.
A Ezra Pound
Ezra Pound Oh! Ma jolie consiste en dejar los ojos
como joyas,
no afectarme demasiado por los pisos y equipajes
-Comment allez vous?-
acelerar los pasos leyendo en los breviarios
o derivar mi frente hacia otras constelaciones.
Soy yo –piccolo abattino encuadernado en Cuenca-
quien de lejos te habla un tanto con sabor de mueca
sin ningún mal deseo que emocione la tregua
tal un poste
Lentamente me sucedo con las piernas a un lado
Se iluminan los trenes –Savez vous l’heure qu’i1 est?-
-bueno es que la luna dé consejos-
-quizá los pasaportes tropiecen con el frío-
Debussy me surca. Las cosas van mal en Alemania
los clásicos se leen copo a copo por las tardes
y en los bares lienzos pregonan lo mismo que los dioses
Ezra Pound, ¡oh! Las flores completan el paisaje
la yedra trepa al lado, tú te pudres
porque una noche tuviste por la mano
algo peor que un mal pensamiento
As tu vu mon cousin?-
Por eso siembro alondras por las calles
para decirte que Picasso es de Málaga y pinta
"Still life wiht saucepan", en el 45
y últimamente alumbra vasos que patinan
Agonizan ternuras, Ezra Pound, las que mis ojos sueñan
las que mis manos tocan con prudencia
En Londres Winston Churchill anuncia por radio su programa
en Palestina las muchedumbres rezan a Cristo o al profeta
en cambio por Francia el presidente espera (1)
Créeme, Ezra Pound, las cosas bellas van cambiando
ya no existen los héroes que tendió la marea
y la palabra camina igual que la mentira
Ignoras, por ejemplo, que el Rey sigue en Yerbas Buenas
se alzan esos techos, paviméntanse los astros
se empadronan los vientos, úrdense picos de paloma
que en España los dólares se pesan y toreros
"Demain c’est aujourd’hui"
así cerramos los cerrojos por pánico a las bombas
preparamos con recelo las medidas del Gobierno
o nos enfadamos un tanto al conocer que
girasoles extraños crecen en Baviera
No hagas caso Ezra Pound recluido como loco
pues locos andamos los que habitan el planeta
y la Prensa y los cantantes del Leicester
Es inútil que Dulles apremie a Europa
tú bien sabes lo terca que es por vieja
Cette troupe-oi de bons acteurs
Ezra Pound; oh qué inútiles son los palcos,
pero más tonto es el mundo que contempla.
(El primero de estos poemas, "Casdada", es una composición postista que, aunque publicada a comienzos de los noventa en Ciudadela, fue escrito en 1954, cuando el poeta era todavía "un seminarista rubio con un tridente clavado en las axilas"; los dos siguientes, publicados en La Casa (1960), son testigos de la vinculación de Carlos de la Rica con el "Realismo mágico" y de la génesis de ese "realismo mitológico" que convirtió a este cura de Cuenca en el antecedente humanista más temprano del culturalismo español de los años setenta)
Gracias por darme a conocer este poeta, he leído toda la série aquí publicada y me emocioné con la intensidad de su poesía. Nos lleva hacia muchos paisajes para pedir una vida más justa, más verdadera.
ResponderEliminarHermoso homenaje al poeta y un regalo para quien llega a este rincón.
Un saludo.
Está visto que de la crítica literaria sólo hay que fiarse lo justo. Son como los malos pastores, que alimentan con pienso a los holgazanes y dejan a la buena a los justos. A la vista de estos poemas, uno tiene que lamentarse de haberse fiado de ellos.
ResponderEliminarJuan Sánchez
Alcobendas