viernes, 31 de octubre de 2014

«Gretel», de Mari Jo Bang

Poerma GRETEL, de Mary Jo Bang; fotografía de F. Frissell. Libro de Referencia Mercedes Escolano, "Estelas" Col. La piedra que habla, Ed. El toro de Barro, Carlos Morales Ed. PVP: 10 euros Pedidos a: edicioneseltorodebarro@yahoo.es
FL. Frissell.



Mary Jo Bang
(Estados Unidos, 1946)
Gretel



Madre, estoy desnuda en este bosque loco de neblina.
Sólo la luna me demuestra amor.

El invierno me aplastará: brazos diminutos, pies pálidos,
lengua del herrumbre. Tengo mil visiones:

tú planchando un enorme vestido; comiendo
chocolate y miel, salchicha

y un durazno delicioso; el sol borracho
y fácil; la primavera estallando contra un cielo crudo

y el alarido de la tormenta; alguien corriendo.
Gritas, Vete, vete. Llévatelos, ¿sí?

Y él lo hace, a través de la carretera marítima con sus
barcos anclados en un sueño profundo. En ese sitio

de belleza elaborada, es el fin del otoño
y casi todo está en calma, salvo cuando

el viento celestial sacude y hace ondear
la rama que ha dejado atada

nizas blancas ya marchitas. El silencio es una estrategia en sí mismo,
un lenguaje de signos,

lujoso, fluido entre las manos
de aquellos que lo han aprendido en su infancia.

Sabes que no fuimos hechos
para vivir aquí, solo para aprender desistido,

abjurado, para sujetar con la manos húmedas el frío
metal de la vida, y después encontrar una forma de marcharnos.




Grandes Obras de 
El Toro de Barro
 Mercedes Escolano, "Estelas" Col. La piedra que habla, Ed. El toro de Barro, Carlos Morales Ed. PVP: 10 euros Pedidos a: edicioneseltorodebarro@yahoo.es
Mercedes Escolano, "Estelas"
Col. La piedra que habla, Ed. El toro de Barro, Carlos Morales Ed.
PVP: 10 euros Pedidos a: edicioneseltorodebarro@yahoo.es

Mercedes Escolano "Islas", Col. Cuadernos del Mediterráneo, El Toro dMercedes Escolano "Estelas", Col. La Piedra que habla, El Toro de Barro, Tarancón de Cuenca 2005e Barro, Tarancón de Cuenca 2000

 



















«El niño», de Peter Handke


Poema, EL NIÑO, de Peter Handke. Libro de Referencia: Carlos Morales, "Un rostro en el jardín", Col. Cuadernos del Mediterráneo, El Toro de Barro, Tarancón de Cuenca 2000
Autor desconocido

Peter Handke
(Austria, 1942)
El niño



Cuando el niño era niño andaba con los brazos colgando,
quería que el arroyo fuera un río,
que el río fuera un torrente y que este charco fuera el mar.
Cuando el niño era niño no sabía que era niño,
para él todo estaba animado
y todas las almas eran una.
Cuando el niño era niño no tenía opinión sobre nada,
no tenía ninguna costumbre,
se sentaba en cuclillas,
tenía un remolino en el cabello,
y no ponía caras cuando lo fotografiaban.
Cuando el niño era niño era el tiempo de preguntas como:
¿Por qué yo soy yo y por qué no tú?
¿Por qué estoy aquí y por qué no allí?
¿Cuándo empezó el tiempo y dónde termina el espacio?
¿Acaso la vida bajo el sol no es sólo un sueño?
Lo que veo y oigo y huelo,
¿no es sólo la apariencia de un mundo ante el mundo?
¿Existe de verdad el mal y gente que realmente son malos?
¿Cómo puede ser que yo, el que soy,
no fuera antes de devenir,
y que un día yo, el que yo soy,
no sea más ese que soy?
Cuando el niño era niño le costaba tragar las espinacas,
los chícharos, el arroz con leche y la coliflor al vapor,
y ahora come todo, no sólo por necesidad.
Cuando el niño era niño alguna vez despertó en una cama extraña,
y ahora lo hace seguido.
Muchas personas le parecían bellas,
y ahora, sólo en ocasiones, con suerte.
Imaginaba claramente el paraíso,
y ahora, como mucho, lo adivina.
No podía pensar en la nada,
y hoy se estremece ante ella.
Cuando el niño era niño jugaba entusiasmado,
y ahora se concentra como antes
sólo si se trata de su trabajo.
Cuando el niño era niño las manzanas y el pan
le bastaban de alimento, y todavía es así.
Cuando el niño era niño las moras le caían en la mano,
como sólo caen las moras, y así es todavía;
las nueces frescas le ponían áspera la lengua,
y así es todavía;
encima de cada montaña tenía el anhelo de una montaña más alta,
y en cada ciudad el anhelo de una ciudad aún más grande…
y siempre es así todavía.
En la copa del árbol tiraba de las cerezas
con igual deleite lo hace hoy todavía;
se asustaba de los extraños como todavía se asusta;
esperaba las primeras nieves y todavía las espera.
Cuando el niño era niño
lanzó un palo como una lanza contra el árbol,
y hoy vibra así todavía.





 Grandes Obras de
El Toro de Barro
Carlos Morales, "Un rostro en el jardín", Col. Cuadernos del Mediterráneo, El Toro de Barro, Tarancón de Cuenca 2000
Carlos Morales, "Un rostro en el jardín"
Col. Cuadernos del Mediterráneo.
Ed. El Toro de Barro, Tarancón de Cuenca 2000.
edicioneseltorodebarro@yahoo.es
 




















 





«Salvaje esperaza», de Gonzalo Arango.


Poema SALVAJE ESPERANZA, de Gonzalo Arango; Fotografía, de Bertil Nilsson; Libro de Referencia: Neus Aguado, "Intimidad de la fiebre”, Col. «La piedra que habla», Ed. El Toro de Barro, Carlos Morales ed., Tarancón de Cuenca, 2005, PVP 10 euros. edicioneseltorodebarro@yahoo.es
Bertil Nilsson


Gonzalo Arango

(Colombia, 1931–1976)
Salvaje esperanza

        

Éramos dioses y nos volvieron esclavos.
Éramos hijos del Sol y nos consolaron con medallas de lata.
Éramos poetas y nos pusieron a recitar oraciones pordioseras.
Éramos felices y nos civilizaron.
Quién refrescará la memoria de la tribu.
Quién revivirá nuestros dioses.
Que la salvaje esperanza sea siempre tuya,
querida alma inamansable...




Grandes Obras de 
El Toro de Barro
Neus Aguado, "Intimidad de la fiebre”, Col. «La piedra que habla», Ed. El Toro de Barro, Carlos Morales ed., Tarancón de Cuenca, 2005, PVP 10 euros. edicioneseltorodebarro@yahoo.es
Neus Aguado, "Intimidad de la fiebre”
Col. «La piedra que habla»
Ed. El Toro de Barro, Carlos Morales ed.
Tarancón de Cuenca, 2005
PVP 10 euros.
Neus Aguado, "Intimidad de la fiebre”, Col. «La piedra que habla», Ed. El Toro de Barro, Carlos Morales ed., Tarancón de Cuenca, 2005, PVP 10 euros. edicioneseltorodebarro@yahoo.es