TRES POEMAS TRES
DE
EL LIBRO DEL FRÍO
(1992)
El cuerpo esplende en el zaguán profundo, ante la trenza del esparto
y los armarios destinados a los membrillos y las sombras.
De pronto, el llanto enciende los establos.
Una vecina lava la ropa fúnebre y sus brazos son blancos
entre la noche y el agua.
***
Todos los árboles se han puesto a gemir dentro de mi espíritu
al recordar tus bragas en la oscuridad, la luz debajo de tu piel,
tus pétalos vivientes.
Atravesando los aniversarios, a veces viajan las palomas ebrias.
Venga desnuda tu misericordia, ah paloma mortal, hija del campo.
***
El mirlo en la incandescencia de tus labios se extingue.
Yo siento en ti grandes heridas y te desnudas en mis fuentes.
Se extingue el mirlo en las alcobas blancas donde soy ciego,
donde, algunas veces, suenan en ti grandes campanas.