El Toro de Barro

El Toro de Barro

viernes, 10 de noviembre de 2017

«Malos recuerdos», de Antonio Gamoneda


Antonio Gamoneda
(España, 1931)

Malos recuerdos


 “La vergüenza es un sentimiento revolucionario”
Karl Marx







Llevo colgados de mi corazón
los ojos de una perra y, más abajo,
una carta de madre campesina.

Cuando yo tenía doce años,
algunos días, al anochecer,
llevábamos al sótano a una perra
sucia y pequeña.

Con un cable le dábamos y luego
con las astillas y los hierros. (Era
así. Era así.
Ella gemía,
se arrastraba pidiendo, se orinaba,
y nosotros la colgábamos para pegar mejor).

Aquella perra iba con nosotros
a las praderas y los cuestos. Era
veloz y nos amaba.

Cuando yo tenía quince años,
un día, no sé cómo, llegó a mí
un sobre con la carta de un soldado.

Le escribía su madre. No recuerdo:
«¿Cuándo vienes? Tu hermana no me habla.
No te puedo mandar ningún dinero...»

Y, en el sobre, doblados, cinco sellos
y papel de fumar para su hijo.
«Tu madre que te quiere.»
No recuerdo
el nombre de la madre del soldado.

Aquella carta no llegó a su destino:
yo robé al soldado su papel de fumar
y rompí las palabras que decían
el nombre de su madre.

Mi vergüenza es tan grande como mi cuerpo,
pero aunque tuviese el tamaño de la tierra
no podría volver y despegar
el cable de aquel vientre ni enviar
la carta del soldado.


Otros poemas de Antonio Gamoneda


LIBROS RECOMENDADOS

Un manojo de cartas póstumas del poeta Carlos Edmundo de Ory a su compañero y amigo de fatigas vanguardistas Eduardo Chicharro.
Y una obra maestra.


"Noches dantescas", de Carlos Edmundo de Ory. Ed. El toro de barro, Cuenca 2000.(CARTAS EN LA NOCHE)


PVP: 10 Euros más gastos de envío
Pedidos a edicioneseltorodebarro@yahoo.es






















miércoles, 8 de noviembre de 2017

«La perra», de José Ángel Leyva

José Ángel Leyva
(México, 1958)   

La perra


Para Antonio Gamoneda, 
desde Un armario lleno de  sombra



Ha venido la perra a lamerte los zapatos
Ronronea y se pone a jugar patas arriba
Espera a que le rasques y acaricies con la suela
El animal carece de memoria no tiene dignidad
La humillación parece ser el fundamento de su especie
—te inquieres con rabia y no puedes evitar la repugnancia

Ayer con otros niños la viste perseguida y montada por los perros
Decidieron castigarla por asco o por mostrar carácter
El magisterio del amo o de quien aprende a someter al débil
pasaba por la fuerza y el juego ingenioso de los jueces
La colgaron por las patas traseras a una viga
Aullaba la piñata de dolor entre risas y gritos de muchachos
La sacudían a palos le picaban con fruición el ano y la vagina
El dolor ajeno es impermeable a las cuestiones
Son tiempos de guerra pensabas al emerger en ti
un pulso de piedad o de conciencia
Decidiste entonces frenar el juego

Por años la imagen de la perra te persigue
Es fiel a tu dolor y a su tortura
Cada mañana aparece en la puerta de tu casa
En su mirada ciega los ojos son los mismos
que preguntan por qué desde la infancia








Grandes Obras de 
EToro de Barro

Carles Duarte,"El dios de la ternura” / Trad. de Carlos Morales / Col. «Cuadernos del Mediterráneo» / Ed. El Toro de Barro / Tarancón de Cuenca, 2005. / edicioneseltorodebarro@yahoo.es
Carles Duarte,"El dios de la ternura”
Trad. de Carlos Morales
Col. «Cuadernos del Mediterráneo»
Ed. El Toro de Barro,
Tarancón de Cuenca, 2005.
Carles Duarte,"El dios de la ternura” / Trad. de Carlos Morales / Col. «Cuadernos del Mediterráneo» / Ed. El Toro de Barro / Tarancón de Cuenca, 2005. / edicioneseltorodebarro@yahoo.es





























martes, 7 de noviembre de 2017

«Poema del poema muerto», de Alicia Martínez Juan


Alicia Es. Martínez Juan
(España, 1973)
                                                 
Poema del poema muerto
       


        Hoy ha muerto un poema en la encrucijada.
Lo vi esperar la muerte toda la mañana,
inmóvil, arrimado a la esquina del edificio
bajo la catedral borrada por el tiempo
o por los servicios municipales de limpieza,
ignorante de su propio destino.
Respiraba cada vez más despacio,
con el cuello vuelto
por un golpe en la cabeza,
medio cerebro al aire:
herida de exhibición urbana.
Hubo gentes piadosas
que tendían una mirada, hasta una caricia.
Gentes prácticas que certificaban la muerte
con una patada lejana.
Todos seguían su camino ante lo inevitable.
Alguien lo cobijó algo más contra la pared
para evitar que le atropellaran los repartidores de sonrisas.
Y él quedó así, desmadejado.
Nadie le dio el tiro de gracia.
Siguió muriendo
lento
mi poema.

Escribo sobre la tumba estética del poema
para no perder la conciencia de mi vida,
arrimada a la pared, tal vez también,
por un transeúnte piadoso.

¿Qué hace, entonces, la poeta
frente al poema desprovisto ya de azar,
la cabeza, torneada de azul,
escondida bajo las alas?
La poeta se detiene,
se acerca,
se quita los guantes
como para coger entre sus manos al despojado.
Lo mira, mira a su alrededor:
cree ser la única que lo ha visto,
y levanta el rostro.
Ya los ojos
ónice.
Sigue su camino.
Se detiene de nuevo,
regresa sobre sus pasos,
se queda inmóvil al otro canto de la esquina,
equidistante del poema.
¿Espera ella también su final,
la cabeza hendida?
¿Quedarán allí ambos cadáveres
hasta que el servicio de recogida de poemas muertos
los lleve al basurero o a la fábrica de piensos?

No. La poeta escribirá una paloma.

Y se irá, como todos.


De su libro No se le miran las bragas a la muerte,
(Cantos del Des), ed. Celya 2013


Grandes Obras de 
EToro de Barro
PVP: 10 euros. Pedidos a:  
edicioneseltorodebarro@yahoo.es



Yo, que he sobrevivido a cien lanzas
y he hecho temblar el vientre
del desierto con uno solo de mis carros,
perdí ante tus ojos mi última batalla.
Ser cobarde en amor equivale a estar muerto.





Otros poemas de.
Mercedes Escolano



"El Profeta", de Carlos Morales. De su Libro "S". Ilustración Leonardo da Vinci


martes, 10 de octubre de 2017

Psª del Holocausto: «Ellos vinieron», de Martin Niemöller:;«Ahora vienen a por mí», de Bertolt Brecht.


Martin Niemöller
(Alemania, 1892–1984)
 Ellos vinieron
           




Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas, guardé silencio, 
porque yo no era comunista,
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio,
porque yo no era socialdemócrata
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté,
porque yo no era sindicalista,
Cuando vinieron a buscar a los judíos,
no pronuncié palabra,
porque yo no era judío,
Cuando finalmente vinieron a buscarme a mí,
no había nadie más que pudiera protestar.



Bertolt Brecht
(Alemania, 1898–1956)
 Ahora vienen a por mi


Primero se llevaron a los judíos,
pero como yo no era judío, no me importó.
Después se llevaron a los comunistas,
pero como yo no era comunista, tampoco me importó.
Luego se llevaron a los obreros,
pero como yo no era obrero, tampoco me importó.
Mas tarde se llevaron a los intelectuales,
pero como yo no era intelectual, tampoco me importó.
Después siguieron con los curas,
pero como yo no era cura, tampoco me importó.
Ahora vienen por mi, pero es demasiado tarde.







Grandes Obras de 
EToro de Barro
 Margalit Matitiahu, "Bozes en la shara". Col. «Kuadrinos sefardíes» Ed. El Toro de Barro, Carlos Morales Ed. Tarancon de Cuenca, 2001 PVP 8 euros edicioneseltorodebarro@yahoo.es
Margalit Matitiahu, "Bozes en la shara".
Col. «Kuadrinos sefardíes»
Ed. El Toro de Barro, Carlos Morales Ed.
Tarancon de Cuenca, 2001
PVP 8 euros

 Margalit Matitiahu, "Bozes en la shara". Col. «Kuadrinos sefardíes» Ed. El Toro de Barro, Carlos Morales Ed. Tarancon de Cuenca, 2001 PVP 8 euros edicioneseltorodebarro@yahoo.es

  


















«Sobre un motivo de Paul Eluard», de Miguel Valdivieso


Miguel Valdivieso
(España, 1893–1966)
 Sobre un motivo de Paul Eluard
                       


Te digo, amigo,
que la poesía no es lo que se dice,
sino lo que se toca como el agua.

Recorre ese soneto,
con sus senos de luz,
y sus caderas fijas en la nieve.

Contempla ese romance,
árbol de pie,
construido de labios y de hojas.

Ahonda en esa selva, ese poema.
restallando de sílabas precoces
en boca de los muertos.

Y tócales.
son de cristal o de mujer
o de llama en cintura igual al vino.

Toca el poema
y quédate en la puerta de la casa
sin saber qué decir.

Llevas creciendo entre los dedos,
como una última noche,
la explicación del mundo.
  

El Toro de Barro, Carboneras del Guadazaón, Cuenca 1968)




Grandes Obras de
EToro de Barro
Mercedes Escolano, «Malos tiempos» Ed. El Toro de Barro, Carlos Morales del Coso, ed. Tarancón de Cuenca, 2001. edicioneseltorodebarro@yahoo.es PVP 10 euros.
Mercedes Escolano, «Malos tiempos»
Ed. El Toro de Barro, Carlos Morales del Coso ed.
Tarancón de Cuenca, 2001.
PVP 10 euros.
Carlos Morales, "Coexistencia (Antología de poesía israelí –árabe y hebrea– contemporánea”, Ed. El Toro de Barro, Carlos Morales ed.