El Toro de Barro

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viernes, 19 de abril de 2013

Psª del Holocausto: Miklòs Radnòti,"No puedo saber"




(En preparación, por Carlos Morales)
No puedo sabeR
  17 de enero 1944.


 No puedo saber qué significa para otros este paisaje,
mi patria, este pequeño país abrazado al fuego, 
el mundo de mi niñez que lejana se mece.
Crecí de él, como una tierna rama del tronco de un árbol,
y espero ver mi cuerpo hundirse en él un día.
Estoy aquí, en casa. Y si alguna vez a mis pies se arrodilla
un arbusto, conozco su flor y hasta su nombre,
sé adónde van y quiénes van por el camino,
y sé qué significa en la madrugada del verano
ese dolor rojo que nace en el muro de las casa.
Para el piloto que lo sobrevuela, este paisaje es tan sólo un mapa
y no sabe en qué lugar vivió Mihäly Vörösmarty,
¿qué esconde para él esta región? fábricas y áridos cuarteles.
Yo veo un saltamontes, un buey, la torre, una granja apacible,
pero él ve fábricas con los prismáticos y campos de labranza;
yo veo trabajadores que tiemblan por lo suyo,
temporeros que silban, bosques, viñedos y tumbas,
y entre las tumbas madres que lloran en silencio.
Y lo que desde arriba son raíles y fábricas indemnes que hay que destruir
es el guardagujas y el ferroviario dando la señal
rodeado de niños y con una bandera roja en la manos,
y en el patio de la fábrica se revuelca un perro pastor,
y allí está el parque, la huella de los viejos amores,
y el sabor a miel y arándano de los besos en mi boca,
y aquí la piedra que puse al borde de la acera 
para que el maestro no me preguntara,
la piedra que ahora piso y nadie pude ver desde lo alto. 

Es verdad, somos culpables, mas no más que el resto de los pueblos,
y sabemos bien cuándo hemos pecado, dónde y de qué modo,
pero aquí vive gente que trabaja, y poetas sin culpa,
y niños de pecho en los que la razón madura,
la misma que ahora los alumbra y protege en los sótanos oscuros
hasta que el delo de la paz dibuje de nuevo una señal en nuestra tierra
y con su fresca voz responda a las palabras nuestras tan ahogadas.


Oh, nube del amanecer, cúbrenos ya con tu extensas alas.


                                                  


Otros poemas de

"No puedo saber"   *   "Séptima égloga"

"Postal primera"   *   "Viví sobre esta tierra"

"Postal segunda"   *   "Marcha forzada"

"Postal tercera"

"Última postal"

 


Otros


 ©  Herederos de Miklós Radnóti
 ©  De la versión, Carlos Morales
y Ed. El Toro de Barro
©  De Negra leche del alba, El Toro de Barro. 
En caso de reproducción, rogamos se cite la autoría.

Grandes Obras de
El Toro de Barro
PVP: 8 euros Pedidos a:
edicioneseltorodebarro@yahoo.es
"El Profeta", de Carlos Morales. De su Libro "S". Ilustración Leonardo da Vinci















 

2 comentarios:

A chuisle dijo...

"...hasta que el dedo de la paz señale de nuevo nuestra tierra..."

Contracorriente dijo...

Bueno, está bien, querido Carlos y amigos, desconocidos o no, tengo que decirlo. Tengo varios días callando a la fuerza. Porque esto es más que yo (y no soy tan desatinado como para no percibir que, por supuesto, esto es más que cualquiera de nosotros). Pero, repito, tengo que decirlo aunque creo que ya alguien igualmente lo dijo. Lo que más me duele, en este asunto, no es el poema de Miklós Radnóti , que verdaderamente duele, que está escrito con sangre vertida y con sangre enlutada, sangre que amén de doler expurga. Y que expurga miasmas y las transfigura en mieses. Pero ese niño, tendido allí, bajo la mirada de los paseantes, duele más que cualquier poema. ¿Cuánta orfandad, cuánta tortura, cuánto absurdo hemos de ver como para que, algún día, nuestro corazón haga suyo el canto de la vida?